La música es un elemento que se encuentra en toda la cultura contemporánea. La escuchamos en ascensores, restaurantes, teléfonos, en oficinas, en prácticamente cualquier rincón de la vida actual etc. De hecho, permea las ondas aéreas tan completamente que a menudo no nos damos cuenta de que se encuentran allí.
La música estimula directamente el tálamo, éste controla las secreciones de la glándula tiroidea, la corteza adrenal y las glándulas sexuales. Así influencia la velocidad del metabolismo como la producción de hormonas sexuales. El hipotálamo tiene un marcado efecto en la emisión de respuestas autónomas producto del temor, la ira y otras emociones.

Investigaciones en percepción musical enfocadas a música con contenido expresivo y emocional han examinado la influencia de estas normas incluyendo alturas y ritmos. Al momento en que escuchas, sujetos de la investigación, han sido sometidos a piezas musicales que se desarrollan al pasar el tiempo como lentas o rápidas y en alturas como agudas o graves, se han escogido adjetivos como ``emocionante'', y ``alegre'' para tempos rápidos y ``serenas'' o ``ensoñadoras'' para tempos mas lentos. ``Triste'' y ``vigorosa'' han sido seleccionadas para composiciones con alturas graves mientras que ``con espíritu'' y ``humorosa'' para piezas interpretadas con notas mas agudas.